lunes, 14 de marzo de 2011

Dictadura de Primo de Rivera


Con el visto bueno del rey Alfonso XIII el apoyo de buena parte de la patronal, la Iglesia Católica, el ejército y de las fuerzas conservadoras en general, Primo de Rivera encabezó un Directorio Militar que concentró en él todos los poderes del Estado.
En un principio, y dado el carácter del régimen que derrocó, totalmente desprestigiado, y el hecho de que prometiese que la dictadura sería un mero estado transitorio antes de traspasar el mando a un gobierno civil elegido democráticamente, la oposición a la dictadura fue mínima. Primo de Rivera proclamó su inspiración en los ideales de los regeneracionistas de principios de siglo (como Joaquín Costa, a fin de restaurar el orden social y eliminar el caciquismo (lo que hizo que incluso los socialistas fueran poco beligerantes e incluso participasen en sus tribunales de arbitraje laboral).

Su dictadura, aunque formalmente inspirada en el modelo fascista de Mussolini, fue menos totalitaria y de carácter fundamentalmente conservador.
Durante la primera fase de la dictadura (el Directorio Militar, entre 1923 y 1925), persiguió a los anarquistas (cuyo sindicato CNT fue declarado ilegal) y a los comunistas (que se habían escindido del PSOE y adherido a la III Internacional), suprimió la Mancomunidades de Cataluña (primer órgano administrativo que abarcó a toda Cataluña desde el siglo XVIII), eliminó los partidos políticos, creó un partido único, la Unión Patriótica (1924), reforzó el proteccionismo estatal en favor de la industria nacional, fomentó la construcción de grandes obras públicas y prohibió el uso de las lenguas regionales en los actos públicos.
Tras su acceso al poder, abandonó sus anteriores posiciones abandonistas y de modo contrario, consolidó la presencia española en Marruecos mediante una victoria militar (el desembarco de Alhucemas) que puso fin a años de permanentes guerras y dificultades, como el «Desastre de Annual » de 1921 por el que se habían querido pedir responsabilidades a los militares y al propio rey, y que fue lo que, a la postre, provocó el golpe de Estado de 1923.
El desembarco (1925), en el que Primo de Rivera comandó personalmente al ejército y a la flota españoles en una acción tan brillante como arrojada, formó parte de una operación combinada con el ejército francés para acabar con la rebelión de las cábilas del Rif. Si bien contradecía las ideas anteriores del marqués, opuesto a la aventura africana, fue un éxito tan significativo que animó a Primo de Rivera, condecorado por el rey con la Cruz Laureada de San Fernando, a institucionalizar su dictadura de forma duradera.

Mas Información: Wikipedia

1 comentario:

  1. Esta claro que a pesar de algunos logros en el terreno económico, Primo de Rivera no soluciona ninguno de los graves problemas que habían facilitado su acceso al poder

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